Se realizó una revisión sistemática y metanálisis de la asociación de ideación suicida, autolesiones y suicidio con factores de riesgo presentes durante la pandemia por COVID-19. Se encontró una prevalencia de ideación suicida del 12.1% (IC 9.3-15.2). Los principales factores de riesgo para ideas suicidas fueron el bajo apoyo social, el alto agotamiento físico y mental, el deterioro en la salud física autoinformada por los médicos de primera línea, los trastornos del sueño, el confinamiento y el agotamiento, la soledad y los problemas de salud mental. La prevalencia acumulada de ideación suicida para todos los participantes en el metanálisis fue del 12.1%. Hasta el momento no es posible afirmar que el COVID-19 haya tenido algún efecto sobre el incremento en las tasas de suicidio.

33-34

El suicidio sigue siendo un problema de salud pública; un fenómeno global que representa la segunda causa de muerte en población joven, altamente prevenible. En los últimos años y con la pandemia por COVID-19, fue necesario adoptar diversas estrategias que utilizan las tecnologías de la información para disminuir las brechas de atención en salud mental; es una realidad que estas estrategias, entre ellas la telemedicina, deben llevar una serie de lineamientos y consideraciones éticas para su correcta aplicación. Esta revisión analiza la utilidad de las diferentes intervenciones en salud digital, reportadas en la literatura científica, para la prevención de suicidio en la población adolescente.

35-36

El suicidio es un problema de salud pública a nivel mundial. A pesar de que diferentes intervenciones han mostrado efectividad para la prevención del suicidio en niños y adolescentes, como la restricción del acceso a medios letales, estrategias de concientización y desarrollo de habilidades, entrenamiento de personal de primera línea y programas de detección y tratamiento de población de riesgo, los resultados de estudios de efectividad no se pueden generalizar a comunidades con distintos contextos. Lo anterior hace necesario el desarrollo, implementación y evaluación de estrategias de prevención, tomando en cuenta los factores de riesgo y de protección específicos de cada población, así como, los recursos con los que se cuentan para llevarlas a cabo a corto y largo plazo.

37-38

La desregulación emocional es un perfil clínico de síntomas que puede estar presente en diversas categorías diagnósticas y ser un factor que aumente el riesgo suicida. Esto debe tomarse en cuenta durante las evaluaciones de riesgo suicida. Existen tratamientos que pueden ser efectivos para disminuir el riesgo suicida en niños y adolescentes con este perfil de desregulación emocional.

39-40