Los síntomas de trastornos mentales y su asociación con medidas de higiene y calidad del sueño en adolescentes

Los síntomas de trastornos mentales y su asociación con medidas de higiene y calidad del sueño en adolescentes

Es frecuente la probabilidad de presentar problemas de sueño y síntomas psicopatológicos a lo largo de la vida. Se han realizado estudios a nivel poblacional en adolescentes que se presentan para tratamiento de salud mental, pero no existe tanta información acerca de la psicopatología concurrente en adolescentes que buscan ayuda por problemas de insomnio. Asímismo, no existen estudios de la presentación de trastorno de insomnio y comorbilidad psiquiátrica en la población adolescente de forma exclusiva (existen diferentes muestras que abarcan desde preescolares hasta adultos jóvenes). Debido a que esta edad es un periodo del desarrollo que se caracteriza por incrementos en la psicopatología y trastornos del sueño, así como cambios biológicos y diferentes características sociales, no debe suponerse que esta población es igual a la de edades mayores o menores. Los factores mencionados son tomados como ejemplo por los autores como una influencia que podría ser única en este grupo etario. Por ello, el objetivo de los autores fue describir la prevalencia de síntomas específicos de trastorno de salud mental en adolescentes que se presentan para evaluación de insomnio y examinar las asociaciones entre tales síntomas y diferentes conductas relativas al sueño. En este artículo, los autores hipotetizan que las tasas de síntomas de trastorno mental serían altos en adolescentes que buscan atención por insomnio y que se asocian a síntomas de trastorno del sueño más graves y a una peor calidad de éste.

Los autores reclutaron a 376 adolescentes entre los 11 y los 18 años, que se presentaron con su cuidador para una evaluación en una clínica de medicina del sueño pediátrica a lo largo de nueve años. Se les aplicaron escalas iniciales y se les atendió en entrevista clínica junto con sus diarios de sueño para realizar diagnósticos basados en la ICSD.

Con estas medidas se observó una mayoría de adolescentes (86.2%) con un diagnóstico de lo que previamente se conocía como insomnio psicofisiológico, con el resto de los individuos que presentaban insomnio conductual de la infancia. Otros trastornos comórbidos incluyeron parasomnias, trastornos de movimientos relacionados con el sueño, trastornos respiratorios relacionados con el sueño y trastornos neurológicos o médicos relacionados con el sueño.

Los padres reportaron un 74.7% de prevalencia de trastornos psiquiátricos, siendo la ansiedad, los trastornos del estado del ánimo y el TDAH los más comunes. Asimismo, los resultados clínicos de la Lista de verificación conductual del niño (Child behavior checklist - CBCL) se encontraban en un 63.8% con al menos un padecimiento. En este caso los trastornos afectivos eran los más prevalentes seguidos por problemas de ansiedad y el TDAH. En cuanto a la gravedad del cuadro, aproximadamente 15% de los padres reportaron que el hijo, a veces o seguido, “se lastima a sí mismo o intenta suicidarse” y/o “habla acerca de matarse”.

Al realizar un modelo de regresión múltiple, los resultados crudos de las subescalas de la CBCL presentaron una cantidad significativa de varianza.

La parte de los trastornos afectivos fue el único predictor significativo de gravedad incrementada del insomnio. Los resultados de la regresión múltiple indicaron que, después de controlar otras psicopatologías, una mayor gravedad del TDAH se asoció a una mayor dificultad para ir a la cama, quedarse dormido, mantener el sueño y reiniciarlo. Un mayor número de síntomas del Trastorno oposicionista desafiante y problemas de conducta se asociaron con una mayor dificultad para ir a la cama e iniciar el sueño, respectivamente. Finalmente, a mayores problemas afectivos hubo una dificultad mayor para mantener el sueño y para despertar por la mañana.

Con respecto a la higiene de sueño, la presencia de problemas con el TDAH se asoció con peores factores fisiológicos y ambientales del sueño. A mayores problemas afectivos se observó una peor estabilidad de sueño y mayor somnolencia diurna, así como mayor alertamiento cognitivo-emocional. Este último está igualmente asociado con mayores problemas de ansiedad.

Contrariamente a la hipótesis de los autores, la presencia de mayores problemas de ansiedad se asoció con una mejor estabilidad del sueño y una mayor gravedad del TDAH se asoció con un menor alertamiento cognitivo-emocional. Aun cuando se eliminaron los trastornos afectivos y de ansiedad del modelo, los síntomas del TDAH no se asociaban con un alertamiento cognitivo-emocional.

Con esta información, los autores concluyen que esta etapa es compleja clínicamente y que los resultados sugieren que la mayoría de estos adolescentes tienen niveles clínicos de síntomas de trastorno mental. Asimismo, la comorbilidad con síntomas psiquiátricos se encontró de forma muy común con hasta un 40% de los adolescentes, mostrando más de una elevación en las escalas clínicas. Un aspecto problemático de la alta prevalencia en esta población es que se encuentran conductas que pueden interferir con un sueño saludable, como la negativa a irse a la cama o la dificultad para despertar.

Se continúa explorando la direccionalidad de las asociaciones presentadas por los autores, sin embargo es muy probable que un dominio afecte al otro, por lo tanto es importante considerar los problemas de salud mental cuando se observan problemas de sueño y viceversa. Es importante también considerar la relación entre el sueño y la salud mental en el contexto del neurodesarrollo y notar que esta población es especial. Por ejemplo, los síntomas del TDAH aparecieron consistentemente relacionados con conductas relacionadas con el sueño, y ha existido mucha discusión en relación a cómo las alteraciones del sueño pueden afectar al TDAH.

Llama la atención la frecuencia en la que se reportó una conducta autolesiva y la planeación o la ideación suicida (~15%), que son más altos comparados con las observadas en muestras poblacionales de otra edad, que consistentemente son menores (10% para autolesiones y 4.0% para ideación suicida).

  • Itzamna Angeles Tah
REFERENCIAS
  • Van Dyk TR, Becker SP, Byars KC. Rates of mental health symptoms and associations with self-reported sleep quality and sleep hygiene in adolescents presenting for insomnia treatment. Journal of Clinical Sleep Medicine, 2019 Oct 15, 15(10):1433-1442. doi: 10.5664/jcsm.7970