Alteraciones cognoscitivas asociadas a la calidad del sueño y al cronotipo vespertino en pacientes con Trastorno Depresivo Mayor

Alteraciones cognoscitivas asociadas a la calidad del sueño y al cronotipo vespertino en pacientes con Trastorno Depresivo Mayor

El trastorno depresivo mayor (TDM) es una alteración psiquiátrica que frecuentemente se asocia con alteraciones cognoscitivas; principalmente, se ha asociado con problemas en la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento y las funciones ejecutivas. Sin embargo, esta relación entre alteraciones cognoscitivas y el TDM aún no queda clara; mientras algunos pacientes reportan importantes alteraciones en las funciones cognoscitivas, en evaluaciones neuropsicológicas objetivas se ha encontrado un cambio pequeño o insignificante. Además, las alteraciones cognoscitivas suelen persistir incluso después de la recuperación clínica. Estas características han llevado a pensar que existen otros factores que están involucrados en las alteraciones cognoscitivas y se ha propuesto al sueño y al cronotipo como factores importantes que median estas alteraciones. Las alteraciones circadianas y de sueño han sido descritas en pacientes con TDM, no sólo durante los episodios agudos, sino también en los estados prodrómicos y de remisión. El sueño por sí mismo se asocia con alteraciones cognoscitivas cuando se priva a una persona de éste, la diferencia es que estas alteraciones sólo se manifiestan al siguiente día. Por otro lado, el cronotipo hace referencia al ciclo de sueño-vigilia y la preferencia que una persona tiene respecto del tiempo de mayor nivel de alerta o disposición para realizar sus actividades; así se pueden clasificar como matutinos o vespertinos.

Para investigar a profundidad el impacto de estos factores en las funciones cognoscitivas, un grupo alemán recientemente publicó un estudio en donde evaluaron a 34 pacientes con TDM hospitalizados y 29 controles, descartando alteraciones médicas o psiquiátricas. Se dividió a toda muestra de acuerdo al cronotipo de preferencia medido con la escala Morning-Evening Questionnaire (MEQ) agrupando a los que tienen un cronotipo matutino y vespertino (MEQ < 53/≥ 53 respectivamente). Asímismo, se aplicó el índice de calidad de sueño de Pittsburgh y se dividió a la muestra entre los que presentaban una calidad de sueño deteriorada de leve a moderada (< 10) y aquellos que presentaban una calidad de sueño severamente deteriorada (> 10). En los pacientes con TDM se midió la severidad de la depresión con la escala de depresión de Beck. Por otro lado, la evaluación cognoscitiva se realizó en dos ocasiones, por la mañana y por la tarde, y consistió en la aplicación de la prueba Trail Making Test para medir la velocidad de procesamiento (TMT-A) y las funciones ejecutivas (TMT-B).

Los resultados que encontraron los autores indican que los pacientes con TDM muestran una mala calidad de sueño comparados con los controles y que ninguna variable sociodemográfica resultó ser estadísticamente significativamente entre los grupos, lo que resultó viable para realizar las comparaciones sin interferencia de otras variables. La evaluación cognoscitiva mostró que los pacientes con TDM tienen un menor rendimiento que los controles en la prueba TMT-B pero esta diferencia no se encontró en la parte TMT-A. Es decir, que las funciones ejecutivas en este grupo de pacientes se ven alteradas significativamente respecto a los controles, pero no la velocidad de procesamiento. Los autores realizaron un segundo análisis comparando el cronotipo y el funcionamiento cognoscitivo. Encontraron que en ambos grupos (TDM y control) un cronotipo de preferencia vespertino muestra un peor rendimiento comparado con un cronotipo matutino, independientemente de la hora en que se aplicó la prueba (mañana o tarde). A pesar de observarse un efecto de aprendizaje para la segunda aplicación de la prueba, los resultados se mantuvieron consistentes, mostrando un mejor rendimiento en los participantes con preferencia matutina. Por otro lado, para el análisis de la calidad de sueño y las funciones cognoscitivas los autores proponen una agrupación más de la muestra de pacientes con TDM obteniendo cuatro subgrupos: los de cronotipo matutino con deterioro leve a moderado de la calidad de sueño y deterioro severo y los de cronotipo vespertino con deterioro leve-moderado y severo de la calidad de sueño. La comparación de pacientes con preferencia matutina y vespertina con respecto a la calidad de sueño no resultó ser estadísticamente significativa. En este análisis, sólo con el grupo de pacientes con TDM, nuevamente resultó que los que presentaron un cronotipo vespertino mostraron un rendimiento cognoscitivo deficiente al compararlos con los de preferencia matutina. Por otro lado, los pacientes con una calidad de sueño severamente deteriorada se desempeñaron peor que los pacientes con deterioro leve a moderado, independientemente del cronotipo. Todos los resultados permanecieron significativos al realizar el ajuste de Bonferroni. Un resultado que se destaca en esta investigación es que la asociación entre la severidad de la depresión y las funciones cognoscitivas no fue estadísticamente significativa ni para el TMT-A ni para el TMT-B, lo que indica que estas alteraciones no se explican por la sintomatología depresiva.

Si bien es cierto que se ha asociado al TDM con ciertas alteraciones cognoscitivas, los resultados contradictorios y la falta de una metodología estandarizada para la evaluación cognoscitiva ha llevado a investigar otros factores que pueden estar implicados. En este artículo los autores discuten sus resultados a la luz de lo encontrado en otras publicaciones y lo que se conoce al respecto de las alteraciones cognoscitivas relacionadas con el sueño. Particularmente, en pacientes con insomnio se ha encontrado, en estudios con imagen cerebral, una hipoactivación en áreas prefrontales que se asocia con una alteración en las funciones ejecutivas. Cabe resaltar que los pacientes con TDM generalmente presentan quejas de inicio o mantenimiento del sueño, asociados a un trastorno por insomnio. Esto fortalece los resultados de esta investigación ya que sólo las funciones ejecutivas se vieron afectadas en la muestra y no así la velocidad de procesamiento. Otro resultado importante es el impacto negativo que tiene un cronotipo vespertino en las funciones cognoscitivas tanto en sujetos sanos como en aquellos que presentan trastorno depresivo mayor. Hasta la fecha, pocos estudios han investigado el mecanismo neurobiológico que subyace a la preferencia diurna y al rendimiento cognoscitivo, apuntando hacia una conectividad funcional cerebral más baja en personas con un cronotipo vespertino, así como el papel de la corteza prefrontal medial como mediador del rendimiento atencional. Estos hallazgos han llegado a sugerir que las personas con una preferencia vespertina exhiben un “jet lag” crónico debido a la falta de coincidencia entre su ritmo circadiano interno y los estímulos externos, que se asocian con niveles más altos de cortisol y posiblemente con alteraciones cognoscitivas. Hay que mencionar que la investigación no carece de limitaciones, como ser una muestra muy reducida y sería necesaria la realización de una mejor evaluación cognoscitiva que incluyera más pruebas y más dominios cognoscitivos para su análisis. En resumen, esta investigación aporta datos recientes que sugieren que un cronotipo vespertino y una calidad de sueño severamente deteriorada contribuyen de manera aditiva a un peor rendimiento cognoscitivo en pacientes con trastorno depresivo mayor.

  • Carlos Olvera López
REFERENCIAS
  • Cabanel N, Schmidt AM, Fockenberg S y cols.: Evening preference and poor sleep independently affect attentional-executive functions in patients with depression. Psychiatry Research, 2019, 281(112533):1-8. doi: 10.1016/j.psychres.2019.112533