Percepción de la facilidad para utilizar cigarrillos electrónicos con sabor y uso progresivo de los mismos en jóvenes que no consumen tabaco

El uso de E-cigarrillos en jóvenes ha aumentado en los últimos años; en EUA, en el 2016, 4.3% y 11.3% de estudiantes de secundaria y preparatoria, respectivamente, reportaron su uso en el último mes (contra 0.6% y 1.5%, respectivamente, en 2011). Una de las principales causas de la popularidad de dichos productos es que se encuentran disponibles en una variedad de sabores atractivos para los jóvenes; para el 2013 existían ya más de 7 000 sabores en EUA. Se ha reportado que 85% de los jóvenes que utilizan los E-cigarrillos tiene preferencia por sabores distintos al tabaco (p. ej. fruta, postres, dulces).

Los dispositivos y sus componentes líquidos, incluyendo los saborizantes, tienen consecuencias negativas en la salud del consumidor, especialmente en aquellos que nunca han consumido tabaco. Los E-cigarrillos pueden contener nicotina, la que tiene consecuencias adversas (cognitivas y conductuales) a largo plazo para el adolescente que la consume; asimismo, los usuarios han reportado efectos secundarios como irritación de boca y garganta, tos y cefalea. Por otro lado, el uso de E-cigarrillos entre jóvenes con bajo consumo o sin consumo de tabaco, se ha relacionado con una mayor intención y mayor probabilidad de consumir cigarrillos y otros productos con tabaco a futuro.

La restricción o eliminación de los saborizantes de los E-cigarrillos podría prevenir o disminuir el inicio del consumo y uso regular de los mismos entre los jóvenes. Un estudio previo mostró que la restricción de su venta en 2009 se asoció a una disminución de la prevalencia del consumo del 17% y a una disminución del 58% de consuno entre jóvenes específicamente.

Comprender si los jóvenes consideran que los E-cigarrillos saborizados son fáciles de utilizar puede contribuir a la toma de decisiones y a la regulación de políticas en torno a los dispositivos. El objetivo de este estudio fue examinar si el percibir facilidad de uso de los E-cigarrillos saborizados entre jóvenes que nuca habían consumido tabaco (incluidos E-cigarrillos) se asoció a: 1) susceptibilidad basal de uso de E-cigarrillos, 2) inicio de consumo, y 3) uso en los últimos 30 días.

Se utilizó la muestra del “Population Assesment of Tobacco and Health Study” (estudio de cohorte longitudinal, nacionalmente representativo de adultos y jóvenes en EUA). Se llevaron a cabo dos encuestas en los periodos de 2013-2014 y 2014-2015; en la primera encuesta se incluyeron 6 983 jóvenes de 12-17 años de edad, debido al crecimiento de los participantes el análisis de la segunda encuesta incluyó datos de la población adulta. La tasa de retención fue de 73.8%.

Durante la primera encuesta se evaluó la relación entre la percepción de facilidad de uso de E-cigarrillos saborizados mediante la pregunta ¿considera que los E-cigarrillos saborizados son más fáciles, igual o más difíciles de usar que los E-cigarrillos no saborizados? y la susceptibilidad de su uso. En la segunda encuesta se evaluó la relación entre la percepción de facilidad de su uso y el inicio de consumo (incluyendo el uso en una o 2 ocasiones) y el consumo en los últimos 30 días de productos electrónicos con nicotina (incluyendo cigarrillos, puros, pipas, hookah y vaporizadores electrónicos).

Se incluyeron las siguientes covariables: demográficas (edad, género, grupo étnico y educación de los padres), percepción de daño producido por el uso de E-cigarrillos, y psicosociales (búsqueda de sensaciones y problemas internalizados y externalizados).

Entre los jóvenes que nunca habían consumido productos de tabaco, 21.2% percibió que el uso de E-cigarrillos saborizados era más fácil, 43.1% igual de fácil y 4.1% más difícil que el uso de E-cigarrillos no saborizados; 32.6% reportó no saber si el consumo era más o menos fácil. De los respondedores, 28.9% presentó susceptibilidad a utilizar E-cigarrillos, 7.5% inició su uso, y 2% lo había utilizado en los últimos 30 días.

Los jóvenes de entre 15 y 17 años, las mujeres y los sujetos de raza negra o hispánica, percibieron con una mayor frecuencia la facilidad del uso de los E-cigarrillos, en comparación con los participantes más jóvenes (12-14 años), hombres y de raza blanca, respectivamente. Asimismo, los jóvenes con puntuaciones mayores en la búsqueda de sensaciones y con problemas internalizados y externalizados con frecuencia moderada a alta percibieron con una mayor la frecuencia la facilidad del uso de los E-cigarrillos, en comparación con aquellos con bajas puntuaciones.

Los jóvenes que reportaron mayor facilidad de uso de los E-cigarrillos saborizados que de los no saborizados presentaron con mayor frecuencia una susceptibilidad de uso (OR = 1.43, IC = 1.21, 1.69, p < 0.001) en la primera encuesta, e inicio de consumo (OR = 1.32, IC = 1.12, 1.67, p < 0.05) y consumo durante los últimos 30 días (OR = 1.25, IC = 1.10, 2.47, p < 0.05) en la segunda encuesta.

Este es el primer estudio de una cohorte de jóvenes nacionalmente representativa que brinda evidencia de la facilidad percibida del uso de los E-cigarrillos saborizados y su relación con la susceptibilidad y su uso futuro.

Se encontró que entre jóvenes sin uso previo de cualquier tipo de tabaco, aquellos que percibieron mayor facilidad de uso de os E-cigarrillos saborizados, presentaron a su vez mayor susceptibilidad, inicio de consumo y uso durante los últimos 30 días. La evidencia sugiere que su sabor agradable y atractivo es una de las principales razones por las que los jóvenes inician y mantiene su consumo regular.

Es importante prevenir la percepción de facilidad del uso de estos productos en los jóvenes, para lo cual es necesario entender los factores que influyen en dicha percepción: 1) Los jóvenes tienen preferencia por el azúcar y los sabores dulces debido a que liberan opioides y dopamina, pudiendo tener un potencial adictivo al proveer sensaciones agradables a los usuarios, 2) La gran variedad de E-cigarrillos saborizados que existen permite al joven tener acceso a ellos mediante diversas vías como conexiones sociales, vendedores informales y tiendas en línea. Asimismo, los anuncios publicitarios muestran a los E-cigarrillos saborizados como menos dañinos y más fáciles de usar que los no saborizados, dando de ellos una falsa impresión; además, el uso entre pares facilita la aceptación social de vaporizadores, contribuyendo a su vez a la percepción de facilidad de uso.

Las mujeres y las minorías étnicas percibieron mayor facilidad de uso de los E-cigarrillos saborizados que los hombres y aquellos de raza blanca, respectivamente, lo cual es congruente con la alta prevalencia de uso de productos de tabaco saborizados reportada en los primeros grupos. Asimismo, los jóvenes de 12 a 14 años de edad reportaron con mayor frecuencia “no saber” si el uso de E-cigarrillos saborizados era más fácil, lo cual sugiere que las estrategias preventivas deben enfocarse a los jóvenes entre 14 y 15 años de edad en quienes empieza a formarse el conocimiento y percepciones acerca de los E-cigarrillos.

Este estudio tiene tres principales fortalezas: primero, el diseño longitudinal prospectivo con control de covariables demográficas y psicosociales importantes; segundo, la restricción de la muestra a no usuarios de tabaco, y tercero, la evaluación de todos los niveles de percepción relacionada con el uso de E-cigarrillos. Dentro de las limitaciones se encuentran el que los usuarios pueden haber interpretado la pregunta ¿son los E-cigarrillos saborizados más fáciles de usar? de distintas maneras, el uso durante los últimos 30 días no especifica patrones de consumo, y los cambios acelerados en el consumo de E-cigarrillos y en el mercado de los mismos no fue considerado.

Debido a las consecuencias de percibir los E-cigarrillos saborizados como fáciles de utilizar y el impacto negativo en la salud de los jóvenes que los consumen, los esfuerzos preventivos y regulaciones deben enfocarse a disminuir y eliminar los factores que contribuyen a que los jóvenes tengan esta percepción de facilidad de uso.