El vínculo entre la ideología masculina y el estrés postraumático: revisión sistemática y metaanálisis

El vínculo entre la ideología masculina y el estrés postraumático: revisión sistemática y metaanálisis

Las diferencias en la salud mental de hombres y mujeres han demostrado resultados distintos en la frecuencia, tipo, etiología, cuadro clínico, evolución, respuesta al tratamiento y pronóstico. La incidencia y prevalencia de ciertos padecimientos mentales es mayor en los varones, en comparación con las mujeres, lo que ha llevado a la comunidad científica, sobre todo de las ciencias sociales y epidemiológicas, a plantearse distintas formas de medir la salud mental de la población masculina. Dejando de lado las diferencias genéticas o fisiológicas entre hombres y mujeres, fenómenos como la masculinidad o el rol de género asociado a los varones también han mostrado una influencia e impacto importantes en la salud mental. La autoeficacia, independencia, rudeza y la restricción afectiva son atributos masculinos que previamente se han asociado con un detrimento en la salud mental de los varones. Esto puede ir desde el malestar emocional hasta el desarrollo de depresión, deterioro en la funcionalidad o dificultad en el procesamiento de los eventos traumáticos.

La ideología masculina hace referencia a un conjunto de normas sociales prescriptivas que inciden específicamente en los varones, así como su desempeño o actuar masculinos. Si bien esta ideología puede variar con el tiempo y el lugar entre grupos o individuos, de manera consistente proporciona información sobre cómo deben comportarse o actuar los varones de forma general y específica, dependiendo de las circunstancias. De forma gradual, desde edades muy tempranas, la ideología masculina se va imponiendo en los varones hasta que introyectan sus valores y normas, representando y actuando con base en los atributos conductuales esperados para su género (p. ej., rudeza, fortaleza, restricción afectiva, entre otras).

Estudios previos han demostrado la asociación negativa entre la ideología masculina y padecimientos mentales como el abuso de sustancias, ansiedad, depresión, problemas interpersonales, así como la falta de búsqueda de atención en salud mental. De igual manera, los varones que no cumplen o alcanzan la expectativa normativa de masculinidad, con frecuencia reportan altos niveles de estrés o malestar. En este sentido, se ha observado que los eventos traumáticos impactan de forma distinta a hombres y mujeres. Estas últimas tienden a desarrollar con mayor frecuencia trastorno por estrés postraumático (TEPT), aunque los primeros están más expuestos a experimentar este tipo de eventos. La ideología masculina representa tanto un factor protector como un factor de riesgo para el desarrollo del TEPT entre varones. Esto es, la masculinidad promueve el afrontamiento de los eventos traumáticos como situaciones que deben manejarse como retos a superar, en vez de amenazas, a través de una actitud proactiva y echando mano de estrategias enfocadas en el problema. Esto podría disminuir la posibilidad de desarrollar TEPT. Por el otro lado, la restricción afectiva, atributo de la ideología masculina, podría fomentar la evitación de estímulos relacionados con el trauma (síntoma central del TEPT), tanto internos (recuerdos) como externos (lugares); lo que podría resultar en el desarrollo o persistencia del TEPT.

Esta revisión sistemática y metaanálisis buscó determinar el rol de la ideología masculina en el estrés postraumático (EPT), a través de la metodología de Elementos de Reporte Preferidos para las Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis (PRISMA, por sus siglas en inglés). Se obtuvieron 1,331 artículos, pero al final se incluyeron solo 11 que cumplieron con los criterios de inclusión determinados por los autores (figura 1). Se hizo un análisis de ponderación del tamaño del efecto de cada estudio, así como de correlación (Pearson) y de heterogeneidad (I2) para determinar la asociación entre las variables de interés. En la revisión se encontró que la mayoría de los estudios evaluaron el TEPT a través de un instrumento validado que consiste en una lista de chequeo para el TEPT, basado en los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, por sus siglas en inglés). Por el otro lado, la ideología masculina fue evaluada de tres formas: 1) nivel de acuerdo con la ideología masculina; 2) desempeño conductual de la ideología masculina y 3) nivel de estrés o malestar como resultado de percibir una falta de cumplimiento de las expectativas ligadas a la ideología masculina.

En general, todos los estudios mostraron una o más asociaciones positivas entre la ideología masculina y el EPT; es decir, a mayor puntaje o acuerdo con la ideología masculina entre los participantes, mayor gravedad en la sintomatología del EPT. De manera más específica, la ideología masculina tuvo una asociación importante con el grupo de síntomas de hiperactivación psicofisiológica, característica del TEPT (ej., hipervigilancia, sobresaltos exagerados, alteraciones del sueño, etc.).

Además, la mayoría de los estudios encontraron que el atributo de la restricción afectiva (o la norma masculina relacionada con ello) tuvo una asociación más contundente, en comparación con el resto de los atributos relacionados con la ideología masculina. Igualmente, en comparación con las mujeres, los varones mostraron menor riesgo de experimentar eventos traumáticos interpersonales (ej., violencia sexual). También observaron que aquellos varones con un perfil “hipermasculino” tienen una menor respuesta de temor, miedo o vergüenza (criterio A2 del TEPT, según el DSM-IV) ante un evento traumático, lo que pudiera condicionar una menor probabilidad de desarrollar TEPT. Sin embargo, el metaanálisis encontró que el tamaño del efecto de la asociación entre la ideología masculina y la gravedad de los síntomas del ETP fue pequeño (r = 0.22 [0.17, 0.27]), junto con una heterogeneidad moderada entre los estudios (I2 = 42%). Los autores recomiendan tomar los hallazgos con precaución, ya que la mayoría de los estudios fueron hechos con veteranos de guerra; en algunos no hicieron diferencias de género y en otros no se especificaba con detalle el tipo de evento traumático evaluado.

En conclusión, los autores reconocen el impacto significativo (aunque pequeño) de la ideología masculina en la gravedad de los síntomas del EPT. Si bien el TEPT tiene causalidad multifactorial, tanto neurobiológica como psicosocial, la ideología masculina puede tener relación con el desarrollo o mantenimiento del trastorno. Sin embargo, aún es poco claro si la ideología masculina tiene una influencia en el TEPT después del evento traumático, o si el riesgo de desarrollar el trastorno es consecuencia de la conducta asociada a esta ideología (ej., conducta de riesgo), aumentando la posibilidad de exposiciones a eventos traumáticos.

Este artículo nos ayuda a entender que aspectos relacionados con la ideología masculina pueden repercutir en la presentación de un cuadro clínico con TEPT en los varones. Es decir, los elementos de la ideología masculina (ej., restricción afectiva, rudeza, fortaleza, etc.) en pacientes varones con TEPT podrían orientarnos a reformular el contenido de la entrevista clínica en la búsqueda de una mejor identificación y descripción de los síntomas. De igual manera, tener en consideración estos elementos masculinos podría ayudar a adaptar el abordaje psicoterapéutico, dependiendo de la sintomatología, o incluso, ser una ventana de oportunidad para promover un cambio alternativo a comportamientos más asertivos o adaptativos (ej., mejorar la regulación afectiva).

  • Hamid Vega
Bibliografía
  • Kaiser, J., Hanschmidt, F., & Kersting, A. (2020). The link between masculinity ideologies and posttraumatic stress: A systematic review and meta-analysis. Psychological Trauma: Theory, Research, Practice and Policy, 12(6), 599-608. doi: 10.1037/tra0000578