En la Declaración del Consenso Internacional sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), un grupo de expertos internacionales en investigación y atención, proporcionaron información actual y precisa sobre el tema, la cual está respaldada por un riguroso cuerpo de evidencia. Si bien, desde hace más de dos siglos, se tienen descripciones del TDAH en niños que han presentado los síntomas y déficits que ahora reconocemos. Es hasta estas últimas décadas que la creciente investigación y una mayor difusión de la información nos han permitido un mayor conocimiento de este trastorno.

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El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) está actualmente clasificado dentro del grupo de los trastornos del neurodesarrollo con una gama de trastornos clínica y causalmente distintos que comparten algunas características como inicio temprano en la infancia, retrasos o déficits en funciones relacionadas con la maduración del sistema nervioso central y un curso generalmente constante. Sin embargo, en el caso del TDAH, la evolución clínica puede variar de acuerdo con presentación, edad o género, pudiendo identificar síntomas de inicio después de la pubertad o en la edad adulta, lo cual genera interrogantes sobre la naturaleza del trastorno: ¿estos pacientes habrán recibido un diagnóstico de inicio temprano en su neurodesarrollo o un inicio tardío?

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El objetivo de este ensayo controlado aleatorizado fue de evaluar las diferencias en la conectividad funcional por medio de estudios de imagen funcional en niños con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), con desarrollo típico y también de evaluar los efectos de la administración de Metilfenidato (MPH). Se obtuvo información en tres diferentes contextos cognitivos: tareas de descanso y dos tareas respuesta inhibitoria (go/no go; go/no go recompensa). Los niños con TDAH sin tratamiento mostraron un incremento en la controlabilidad promedio y una baja controlabilidad modal en múltiples redes somatomotoras, de atención y recompensa. Estas diferencias se redujeron después de la administración de MPH, comparado con los controles.

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Los accidentes automovilísticos son una de las principales causas de muerte entre los adolescentes. En el caso de los adolescentes con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), la probabilidad que se vean involucrados en un accidente es dos veces mayor a la de los conductores neurotípicos. Los adolescentes con TDAH tienen dificultad para mantener la atención visual mientras conducen, especialmente cuando están distraídos, por ello el riesgo es mayor. Por lo tanto, un entrenamiento de manejo con un simulador computarizado para desarrollar habilidades que buscan reducir las miradas largas fuera de la carretera puede contribuir a la disminución del riesgo en esta población.

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