Este estudio es singular tanto por las hipótesis propuestas como por el método de estudio. Explora la mediación del trastorno mental entre el estrés laboral crónico y el suicidio, recurriendo a la autopsia psicológica de casos finados y su comparación con controles vivos. Dentro de los hallazgos más valiosos, se observó un menor uso de servicios de salud mental en los casos de suicidio con empleo en comparación con los casos de suicidio sin empleo. Por otra parte, se vio que, en momentos de crisis social generalizada, la tasa de suicidios aumentó en la población trabajadora cuando fue disminuyendo en la población desempleada. Asimismo, se hace la recomendación explícita de desarrollar programas de salud mental ocupacional en los centros de trabajo, esto no solo porque las personas con un trastorno mental tienen mayor vulnerabilidad al impacto negativo del estrés laboral, sino porque el uso de servicios de salud general es más frecuente entre los trabajadores que el uso de servicios externos especializados en salud mental. Por último, se observó que, en los casos de suicidio con empleo, los trabajadores vivían habitualmente solos en el momento del evento, tenían bajas habilidades sociales para resolver problemas y un menor apoyo social en varios ámbitos de sus vidas.

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Es importante conocer la contribución de las Clínicas del Trabajo al abordaje de los fenómenos relacionados con la salud mental ocupacional. Se amplía la visión del clínico y permite la exploración de la subjetividad del trabajador en experiencias como el disconfort, el sufrimiento y el placer en el trabajo. Facilita la comprensión por parte del clínico de que la calidad de vida en el trabajo y la salud mental ocupacional es el resultado de una relación dialéctica entre la subjetividad de la persona, las tareas que ejecuta, la organización y los modelos político-económicos que prevalecen en la región donde opera la organización. Contribuye a que el clínico se familiarice con dimensiones y lenguajes que no se exploran, habitualmente, en el abordaje funcionalista de la salud ocupacional y lo acerca a modelos propios de diversas disciplinas tanto de las áreas de la salud como de las ciencias sociales y administrativas. A lo largo del texto, los autores alientan al clínico a adoptar una actitud crítica y de constante curiosidad por la subjetividad del individuo. Este elemento del boletín preparará al lector para la revisión de las medidas en salud mental ocupacional que se recuperan de los otros artículos.

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En este artículo, se documentan los antecedentes, desarrollo y productos de la conformación de un consejo consultor orientado a la formulación de recomendaciones para mejorar la salud mental y el bienestar de los trabajadores. Esta valiosa publicación es un ejemplo de cómo los agentes sociales tienen el potencial de influir en una problemática específica, recuperando la dimensión política de su actuar, como para la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores mediante la promoción y atención de la salud mental en el trabajo. Constituye un claro ejemplo de traslación de la tecnología de los entornos académicos a otros entornos (laborales, empresariales, gremiales, etc.) donde pueden alcanzar el mayor impacto y beneficio para la población. Se reconoce la responsabilidad en el ámbito laboral de los tomadores de decisiones y de los empleadores no solo en la contención o eliminación de peligros para la salud mental, sino en la promoción de entornos salutogénicos generadores de salud. Las recomendaciones que se emiten están orientadas hacia su implementación a nivel organizacional; esto es importante, ya que existe evidencia de que la atención individual a la salud mental es más efectiva cuando se acompaña de medidas que mejoran el entorno laboral.

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El objetivo de este estudio fue de evaluar si la adherencia por parte de los médicos ocupacionales a las guías clínicas holandesas de Salud Mental Ocupacional se asocia al tiempo de incapacidad por enfermedad en trabajadores que padecen algún trastorno mental; y si la adherencia a elementos específicos de las guías clínicas se asocia al tiempo de incapacidad por enfermedad. En este trabajo la adherencia a la mayoría de los indicadores de desempeño de las guías clínicas fue mínima. Únicamente uno de los indicadores “contacto regular del médicos ocupacional con el empleador”, se asoció significativamente con un menor tiempo de incapacidad y regreso temprano a la actividad laboral total. A pesar de que la adherencia a las guías clínicas no tuvo relación con un menor tiempo de incapacidad, existe la posibilidad de mejorar la adherencia; si una buena adherencia pudiera relacionarse con el regreso temprano a las actividades laborales, es aún incierto.

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