El síndrome de Gilles de la Tourette (ST por sus siglas en inglés, pues los americanos le llamaban simplemente Tourette, desconociendo el nombre correcto del autor que lo describió) se caracteriza por la presencia de tics motores y vocales crónicos. De acuerdo con el DSM-IV, los síntomas deben comenzar antes de los 18 años de edad, persistir por lo menos un año y presentarse a intervalos no mayores de tres meses.

Cada vez con mayor frecuencia existen en la bibliografía internacional científica, descripciones sobre niños con labilidad afectiva, agitación, agresividad y descontrol del comportamiento. También ha sido un tema de estudio el buscar si se puede identificar en este tipo de niños el trastorno bipolar.

Los problemas nosológicos psiquiátricos han llevado a la genética psiquiátrica a buscar nuevas respuestas. En este trabajo, el autor, a través de una revisión bibliográfica no sistemática, evalúa los siguientes aspectos: 1) Trata de mostrar el grado en que las estrategias genéticas pueden proporcionar información acerca de los mayores enigmas nosológicos, principalmente en el ámbito psiquiátrico, así como de la relación entre esquizofrenia y trastorno bipolar. 2) Estudia las cualidades y defectos del modelo mendeliano para trastornos psiquiátricos. 3) Examina cómo los hallazgos en la genética psiquiátrica pueden influir sobre nuestro entendimiento en la naturaleza básica de los trastornos psiquiátricos y 4) Intenta explicar cómo se empiezan a identificar y duplicar los genes para susceptibilidad a los diferentes trastornos psiquiátricos.

De acuerdo con los datos registrados por la Organización Mundial de la Salud, 7.1% de las muertes a nivel mundial en mujeres de entre 15 y 44 años se deben al suicidio. Si bien los casos globales de suicidio consumado son mayores en los hombres, las mujeres presentan una proporción dos o tres veces mayor de intentos.

Varios grupos de investigación han encontrado que en los sujetos que consumen cannabis se genera una sincronización neural alterada. De acuerdo a estos resultados y a los hallazgos de otros estudios que han demostrado alteraciones en la sincronización neural de los pacientes esquizofrénicos, parece ser que existe una relación entre el consumo de esta sustancia y el desarrollo de la esquizofrenia.