La alta incidencia del insomnio en la población de adultos mayores se acompaña de un aumento en el uso de fármacos hipnóticos. No se recomienda el uso prolongado de estos medicamentos debido a sus potenciales efectos adversos y al aumento en el riesgo de caídas, fracturas de cadera, accidentes automovilísticos y mortalidad.
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A pesar de que en las últimas cinco décadas el tratamiento farmacológico para la depresión ha presentado un desarrollo impactante, aún casi la mitad de todos los pacientes que reciben antidepresivos no mejora o permanece con manifestaciones residuales y limitaciones funcionales. Por otra parte, el clínico carece todavía de información empírica que le oriente a seleccionar el tratamiento con mayores posibilidades de éxito para cada paciente en particular.
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Los trastornos de ansiedad corresponden a las manifestaciones psicopatológicas más frecuentemente encontradas en la población general. Si bien las benzodiazepinas son las alternativas más utilizadas desde hace ya mucho tiempo, no son ciertamente los fármacos ideales; la sedación que generan limita su utilización.
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La incidencia del suicido como causa de muerte es relativamente baja en la población general, y aunque no es un grave problema de salud publica mundial como serían las enfermedades infectocontagiosas como el SIDA, es una de las principales causas de muerte en los países occidentales, particularmente en la población de adolescentes y de adultos mayores.
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El síndrome serotoninérgico (SS) se describe como una triada clínica consistente en cambios en el estado mental, hiperactividad autonómica y anomalías neuromusculares, aunque no todos estos factores se presentan en todos los pacientes con este trastorno. Los signos de exceso de serotonina son variables, y van desde temblor y diarrea en casos leves, hasta delirium, rigidez muscular e hipertermia en casos graves.
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