El trastorno bipolar (TBP) es un padecimiento que tiene un importante componente genético. Comparado con la tasa de incidencia de 1% en la población general, los familiares en primer grado de pacientes con TBP tienen una tasa de 7% y en gemelos monocigóticos, se encuentran concordancias hasta de 60%. Dos artículos recientemente publicados, resumen el conocimiento actual sobre la genética del TBP.

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Una de las herramientas que de manera consistente se han utilizado en las últimas décadas para el estudio de las bases biológicas de algunas enfermedades mentales es la de las imágenes cerebrales. Con el desarrollo de nuevas metodologías de captación de información visual y de su análisis, se han podido identificar algunas estructuras cerebrales que en ciertas patologías presentan variantes estructurales y funcionales, cuando se les compara con las imágenes de sujetos sin la enfermedad.

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De acuerdo con lo documentado en la bibliografía mundial, el alcohol participa en 45% de los episodios de violencia marital en el caso de los hombres, y en 20% en el caso de las mujeres. Recientemente aparecieron dos estudios que ilustran la compleja interacción entre el alcohol, la violencia y la disfunción marital. En uno de estos estudios se entrevistó a 109 parejas en las que las mujeres estaban participando en un ensayo terapéutico de mujeres con problemas de alcoholismo.

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La asociación de los trastornos de la personalidad (TP) con el desarrollo de las enfermedades afectivas es de considerable interés cuando se investigan las causas etiológicas involucradas en ambas condiciones. Una gran cantidad de modelos conceptuales se han postulado para comprender mejor su impacto sobre la evolución de los estados depresivos y de otras entidades clínicas del eje I, asumiendo que los TP confieren una determinada vulnerabilidad para el desarrollo de otros problemas de salud mental.

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Sin importar la orientación teórica que tenga cada clínico, las reacciones de contratransferencia suelen presentarse en el escenario terapéutico y en ocasiones pueden generar situaciones conflictivas para el paciente, para el clínico o para ambos. Estas reacciones llegan a afectar el proceso terapéutico y a veces generan una terminación prematura. Si bien la bibliografía sobre el fenómeno contratransferencial ha crecido en los últimos años, las implicaciones prácticas que éste tiene aún no se han abordado lo suficiente.

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