Sin lugar a dudas, la esquizofrenia es una enfermedad de origen multifactorial que debe abordarse desde varias perspectivas. Desde el punto de vista de la patogénesis es importante investigar los factores genéticos y ambientales que intervienen en ella como factores de riesgo. Es importante conocer la forma en que estos dos factores interactúan en la inducción de cambios y/o anormalidades bioquímicas y estructurales en el cerebro del paciente esquizofrénico.

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Estudios post-mortem recientes han aportado evidencia convincente de la participación de un defecto en la neurotransmisión GABAérgica en la fisiopatología de la esquizofrenia. Evidencia creciente indica también que tal defecto ocurre en el trastorno bipolar y que podría ser incluso más importante en esta entidad.

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La aparición de síntomas de trastorno disocial (TD) en la infancia es considerada por muchos como el mejor predictor independiente de riesgo para un TD futuro, igual que otros resultados negativos, sociales y de salud mental. El riesgo relativo de TD asociado con manifestaciones del mismo en la infancia es 4 veces mayor que en la población general.

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El artículo revisado analiza el estado actual de la prevención y el manejo de la conducta agresiva en niños y adolescentes en instituciones psiquiátricas, con referencia especial al aislamiento y la restricción y presenta guías de tratamiento para el manejo de la conducta agresiva.

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Desde hace mucho tiempo, los clínicos dedicados a tratar a pacientes con diabetes mellitus bservaron que una buena proporción de ellos presentaba síntomas que sugerían un proceso depresivo mórbido y clínicamente relevante. En la actualidad se sabe con certeza que la depresión es más frecuente en pacientes diabéticos en comparación con la población general.

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