El duelo es una respuesta natural ante la pérdida, y es frecuente que en los adultos mayores se presente de manera desproporcionada. Se han identificado cuatro tipos principales de duelo: el previo a la muerte, el agudo, el integrado y el prolongado; lo cual establece un marco de referencia para el estudio y abordaje por parte del especialista en psicogeriatría. El duelo no debe ser medicalizado; sin embargo, los profesionales de la salud pueden proveer un apoyo importante. El conocimiento del proceso de duelo y adaptación ante la pérdida, así como de los posibles impedimentos y riesgos del proceso en sí, permite la evaluación dirigida y la derivación oportuna hacia un tratamiento en caso necesario.

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Aproximadamente el 3% de los adultos de 50 años o más experimentan síntomas de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). En los últimos años se ha empezado a diagnosticar cada vez más en edades avanzadas. Los criterios diagnósticos actuales requieren de la evidencia del inicio de los síntomas antes de los 12 años, que se basa en el autoinforme y el reporte de otras fuentes. Demostrar la aparición de síntomas en adultos mayores en la infancia no es factible y es poco confiable y ético. Se considera necesario hacer investigación para establecer la validez de la aparición de síntomas durante la infancia mediante autoinformes en este grupo demográfico poco estudiado, así como investigar la utilidad de las escalas de calificación del funcionamiento ejecutivo.

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Al realizar una revisión sistemática de la literatura sobre violencia y comportamiento agresivo por y hacia adultos mayores en el contexto de trastornos mentales graves se encontró que: (1) los adultos mayores con enfermedades mentales graves corren el riesgo de tener un comportamiento violento y agresivo; (2) existe una investigación limitada sobre el comportamiento agresivo en adultos mayores con trastornos mentales graves que no tienen demencia comórbida; y (3) los adultos mayores corren un mayor riesgo de experimentar comportamientos agresivos por parte de sus hijos adultos con enfermedades mentales a quienes brindan atención. Sin embargo, esto puede estar sesgado por un posible subregistro de comportamientos violentos y agresivos, experiencias subjetivas variadas entre los participantes con respecto a lo que constituye un comportamiento violento y agresivo, la realización de los estudios principalmente en ambiente hospitalario o instituciones de cuidado. La literatura sugiere que la prevención y el manejo de la agresión y la violencia por o hacia los adultos mayores debe enfatizar un enfoque colaborativo que integre los contextos social, interpersonal, situacional y cultural tanto en la investigación futura como en la práctica clínica.

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Los síntomas neuropsiquiátricos son muy comunes en cualquier forma de demencia y representan un problema significativo en la práctica clínica. Debido a lo anterior se han implementado estrategias no farmacológicas como primera línea de tratamiento. Sin embargo, en ocasiones por la severidad de la sintomatología se opta por el tratamiento farmacológico, siendo los antipsicóticos los fármacos más utilizados. Estos pueden ocasionar múltiples efectos adversos y, en ocasiones, no controlan en su totalidad la sintomatología. El siguiente trabajo aborda el manejo de los síntomas neuropsiquiátricos de la demencia.

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