En los últimos años se ha avanzado poco en la búsqueda de tratamientos farmacológicos para el insomnio. En la actualidad este problema se sigue atendiendo con el uso de benzodiacepinas con efecto hipnótico. En años recientes, el conocimiento de la acción de las orexinas en el sistema nervioso abre la posibilidad de encontrar nuevas opciones que sean eficaces y más seguras.

Hay evidencia de que el riesgo de violencia en contra de otras personas es cuatro veces mas alto que en otros grupos, en pacientes con esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. En un reciente trabajo de investigación se buscó definir si los antipsicóticos y los estabilizadores del ánimo reducen estas tasas de agresión, si hay diferencias entre los diagnósticos, si el tratamiento previene futuros comportamientos violentos y si los antipsicóticos de depósito reducen más que los orales el riesgo de violencia.

Una revisión sistemática de trabajos que han valorado la relación entre el trastorno bipolar y el trastorno obsesivo compulsivo, encontraron que no se puede sostener que la asociación sea una entidad clínica distinta. Más bien parece tratarse de casos de trastorno bipolar en los que los síntomas obsesivos y compulsivos se adicionan en el curso longitudinal de la enfermedad.

En la descripción y clasificación del trastorno límite de la personalidad se encuentran diferentes posturas. Por una parte hay quienes consideran que es un trastorno de la personalidad específico e individual, mientras que otros lo consideran como un padecimiento que se puede integrar al grupo de los trastornos del estado de ánimo. Cada una de estas posturas se sustenta con argumentos particulares, que hacen que este sea un campo de la psicopatología en el que hay controversias.