La percepción negativa del público hacia la enfermedad mental es un fenómeno documentado en diversos estudios, pero también existe evidencia sugestiva de que en ciertas ocasiones los psiquiatras comparten esa misma actitud. Este tipo de reacciones tiene indudablemente un impacto negativo sobre la provisión de los servicios médicos. En este trabajo se hace una revisión bibliográfica que tiene por objetivo identificar cómo la percepción e interpretación de la enfermedad por el clínico modifica su identificación curso y tratamiento.

La conducta agresiva es un fenómeno complejo que en ocasiones forma parte de ciertas entidades clínicas. Desde hace ya un tiempo se ha identificado y clasificado un trastorno específico con estas características que es el llamado “trastorno explosivo intermitente”. Éste se presenta con episodios súbitos de irritabilidad y de conducta agresiva que tiene un carácter impulsivo y no premeditado. De acuerdo con quienes investigan este tipo de cuadros, el trastorno no está suficientemente identificado en la población general debido a que sus criterios de diagnóstico no son los más adecuados. En una reciente publicación se hace un recuento de esta condición y se presentan los resultados de estudios de campo que han permitido modificar estos criterios y hacerlos más adecuados para que los clínicos puedan identificar casos. Estos cambios probablemente se verán reflejados en las revisiones de las nuevas clasificaciones. Además se han estudiado sus correlatos biológicos como lo ejemplifica otro estudio en el que al modificar experimentalmente la actividad de la serotonina central, se incrementan en estos individuos las manifestaciones de su padecimiento.

A lo largo del proceso evolutivo del hombre se ha generado el fenómeno de la duplicación de genes. Estas nuevas copias permiten que se incremente la complejidad genómica y en algunos casos facilitan la aparición de nuevas funciones; de esta manera el gen original conserva su función mientras que la copia acumula cambios moleculares que la conducen a una nueva. Parece ser que estas duplicaciones dieron lugar a un gen que pudo haber contribuido a que el cerebro humano incrementara su tamaño y se hiciera más adaptable en comparación con el de sus antepasados.

En la actualidad están en curso las revisiones para elaborar las nuevas versiones de los dos sistemas de clasificación más utilizados: el DSM-V, de la Asociación Psiquiátrica Americana, y la CIE-11, de la Organización Mundial de la Salud. Ambos han sostenido discusiones entre sus paneles de expertos para tratar de definir si las reacciones de duelo deben o no considerarse como fenómenos psicopatológicos. Dos artículos recientes abordan este complejo problema de diagnóstico, identificados qué factores están a favor y cuáles en contra de incluir al duelo como una entidad clínica específica y diferente al resto de los trastornos del ánimo y de la ansiedad.

El uso de antidepresivos en el periodo gestacional es un tema que ha motivado gran controversia a lo largo del tiempo. Algunos estudios sugieren que su uso es seguro y que, con la excepción de algunos de ellos, su prescripción y su mantenimiento a lo largo del embarazo están justificados. Por el contrario otros trabajos, al hacer un recuento de los estudios clínicos publicados, son más cautelosos para recomendar su uso en este periodo y sugieren su utilización sólo en casos excepcionales. Este es un artículo reciente que de manera retrospectiva analizó las consecuencias del uso de antidepresivos antes y durante el embarazo. Contando con una muestra importante, sus datos sirven para normar el criterio clínico con respecto a este problema.