La adolescencia es un periodo de alto riesgo para la aparición del trastorno depresivo mayor (TDM) y el trastorno por el uso de sustancias (TUS). Burke y cols. mencionaron, además de estos dos, el trastorno bipolar (TB) y a las fobias en este periodo de la vida y durante los primeros años de la edad adulta. Indicaron que el periodo en el que aparece la depresión unipolar en las mujeres es entre los 15 y los 19 años, y en los hombres, de los 25 a los 29 años. El TUS se presenta entre los 15 y los 19 años.

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El trastorno depresivo mayor (TDM) es un padecimiento que afecta con frecuencia a las mujeres en edad reproductiva; el riesgo de tener un episodio depresivo durante la vida es de 10 a 25%, cuya prevalencia pico ocurre entre los 25 y los 44 años; 9% de las mujeres embarazadas padecen síntomas que cumplen con los criterios diagnósticos del TDM.

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En el estudio de las enfermedades mentales, la depresión psicótica se ha definido de diferentes maneras, las cuales también comprenden diferentes características según la perspectiva de las corrientes de estudio de la patología mental. La definición postulada por el DSM-IV define esta enfermedad como un subtipo de depresión en la cual hay criterios suficientes para diagnosticarla como trastorno depresivo mayor, al cual se añaden, en algún momento del curso de la enfermedad, las ideas delirantes o las alteraciones sensoperceptuales caracterizadas por alucinaciones auditivas, visuales, somestésicas u olfatorias, que no son reducidas a la lógica y que pueden ser congruentes o no con el estado de ánimo.

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La prevención del suicidio en los jóvenes ha adquirido importancia en los últimos años por considerarse un problema de salud pública. Por esta razón se ha dirigido la atención a los factores cognoscitivos relacionados con la conducta suicida en los niños y los adolescentes, tales como la desesperanza, la autoestima y el estilo de atribución.

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El dolor es siempre subjetivo. Cada individuo aprende a aplicar este concepto desde su infancia por sus experiencias relacionadas con las lesiones. Los biólogos consideran que los estímulos que causan dolor pueden dañar el tejido. De acuerdo con esto, el dolor es la experiencia que relacionamos con el daño real o potencial al organismo.

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Las citocinas son glicoproteínas que podrían ser consideradas las “hormonas” del sistema inmune; son mensajeros químicos entre las células del sistema inmunológico. Por lo tanto, juegan un papel importante entre la mediación de la inflamación y las respuestas inmunológicas.

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