La comprensión de los fenómenos neurobiológicos que subyacen a los procesos de adicción dista mucho de ser suficiente. Sin embargo, tanto los estudios de modelos animales como los de neuroimágenes han proporcionado valiosa información que permite postular nuevas hipótesis y, sobre todo, buscar tratamientos farmacológicos más eficientes. El sistema de la dopamina (DA) se ha identificado desde hace tiempo como el principal sistema de neurotransmisión de los circuitos de recompensa que son los mediadores de los procesos relacionados con el desarrollo de conductas de consumo adictivo.

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En la mayoría de los ensayos clínicos controlados, menos de 50% de los pacientes deprimidos que reciben tratamiento farmacológico responden adecuadamente. Para aquellos que no remiten, no se cuenta con un consenso sobre cuál es la decisión más adecuada para intentar su recuperación.

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La depresión posparto (DPP), la complicación más frecuente del alumbramiento por lo general no es reconocida, no obstante tener consecuencias negativas en la madre, el infante y otros miembros de la familia. En los Estados Unidos de Norteamérica se presenta entre 14% y 15% de todas las mujeres, en los primeros tres meses después de dar a luz. Cuando la DPP no es tratada persiste por meses y años, limitando el funcionamiento físico y mental de la madre.

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En los ancianos con demencia la declinación cognitiva frecuentemente se acompaña de alteraciones en el afecto, la conducta, el sueño y las actividades cotidianas. Estas condiciones incrementan el peso que tienen que soportar quienes se hacen cargo de ellos y aumentan las posibilidades de referirlos a instituciones geriátricas.

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El modafinil es un medicamento de aparición relativamente reciente que se utiliza de manera similar a los psicoestimulantes. Los estudios preclínicos de este compuesto han demostrado que posee una compleja serie de características neuroquímicas y que produce distintos y muy variables efectos conductuales, que difieren de aquellos producidos por las anfetaminas. Por otra parte, el medicamento parece tener efectos promisorios para el tratamiento de otras condiciones clínicas como la depresión resistente, el trastorno por déficit de la atención con hiperactividad y la esquizofrenia.

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Entre los pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar que reciben antipsicóticos, existe una tasa elevada de abandonos del tratamiento. Los estudios de seguimiento encuentran que habitualmente los pacientes que reciben antipsicóticos se les cambia de uno a otro con una frecuencia de al menos dos veces por año.

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Una de las áreas de mayor inquietud y controversia en la clínica psiquiátrica es la relacionada con el marco teórico en el que se fundamentan los conceptos contemporáneos para entender y explicar a la mente y sus enfermedades. Un reciente artículo de revisión representa un análisis integrador de estos conceptos.

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